Por: Andrea Toc

 

Ay amigos, estas palabras las escribo con una sonrisa en el rostro, solo por tener que recordar a cada uno de ellos, con su forma de ser, de hablar, de reír y muchas cosas más. Ahora piensa en tus amigos… ellos, a los que corres a contarles algo aunque te dijeron que era un secreto, a los que llamas o escribes cuando te pasa algo extraordinario o al contrario, cuando sientes que el mundo se está terminando para ti, a esos que te van a alentar, aconsejar, celebrar o consolarte.

A veces te entra un mensaje y ya te estás riendo, ni siquiera lo has abierto, pero lo haces porque sabes de quién viene. Sí, esa sonrisa que tienes ahorita al leer esto y recordarlo, es gracias a esas personas que son tus amigos, con quienes sentiste esa confianza y un cariño que parece familiar.

Sean amigos y tengan amigos porque ese apoyo mutuo parece ser indescriptible, pero necesario para continuar con nuestro camino en la vida, para seguir creciendo como personas y aprender unos de otros.

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