(Información Aleteia/Foto: Sala de Prensa del Vaticano)
Con uno de los mayores gestos de paz, humildad y perdón, El Papa Francisco cumplió un gesto histórico: se arrodilló y besó los pies de tres líderes que firmaron el documento de reconciliación, también una mujer, Rebecca Nyandeng De Mabior.
El papa Francisco prestó su casa, la residencia de Casa Santa Marta, en el Vaticano, para realizar un retiro espiritual y reunir durante dos días, el 10 y el 11 de abril, a los enemigos, protagonistas de una de las guerras civiles más sangrientas de los últimos años en Sudán del Sur.
Francisco dijo: Les “hablo como hermano” y les instó a “seguir en el camino de la paz” y aseguró hay problemas, “delante al pueblo, mantengan las manos unidas”, para ser “padres de naciones”, a pesar de las dificultades.
Se trató de un evento inédito “ecuménico y diplomático”. El Papa había aprobado la propuesta presentada por el Arzobispo de Canterbury, Justin Welby, de organizar dicho retiro espiritual con la participación de las máximas Autoridades civiles y eclesiásticas del país africano.
“Paz a ustedes”, expresó el papa Francisco con la esperanza de que el “respeto” sea la raíz para consolidar el acuerdo de paz firmado por el presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir y el líder de los rebeldes Riek Machar, líder del Movimiento de Liberación Popular, en septiembre en Adís Abeba (Etiopía) y poner punto final a la guerra civil que en casi cinco años ha causado casi 400.000 muertes y cerca de 4 millones de desplazados.
La voz del Papa fue paternal y firme: Dios “siempre perdona nuestros errores” y habló de la “mirada de Dios” que vigila sobre los que participaron en este evento y recordó que el “pueblo de Dios no es nuestro, sino del Señor”.
“El propósito de este retiro es estar juntos, ante Dios, y discernir su voluntad” e instó a reflexionar en la misión común en “corresponsabilidad por el presente y el futuro del pueblo de Sudán del Sur”. “Es un compromiso, revitalizado y reconciliado, para la construcción de su nación”, añadió.
“Queridos hermanos y hermanas, no olvidemos que a nosotros, líderes políticos y religiosos, Dios ha confiado la tarea de ser líderes de su pueblo: nos ha confiado mucho, y precisamente por esta razón, ¡requerirá mucho más de nosotros!” y “nos pedirá una explicación” (ver Lc 12,48).
“La gente ya está cansada y agotada por las guerras pasadas: ¡recuerden que con la guerra pierden todos! Su gente hoy anhela un futuro mejor, que pasa por la reconciliación y la paz”, clamó.
El Papa ha pedido encarecidamente: “por favor que el armisticio sea respetado”, en referencia al Revitalised Agreement on the Resolution of Conflict (el acuerdo para la resolución del conflicto) en Sudán del Sur. Lo hizo delante a los líderes que asumirán altos encargos de responsabilidad nacional el próximo 12 de mayo.
Estuvieron presentes: Salva Kiir Mayardit, Presidente de la República, cuatro de los cinco Vicepresidentes designados: Riek Machar Teny Dhurgon, James Wani Igga, Taban Deng Gai y Rebecca Nyandeng De Mabior.
Además participaron en el retiro los ocho miembros del Consejo de las Iglesias de Sudán del Sur. Los predicadores del retiro fueron John Baptist Odama, Arzobispo de Gulu (Uganda), y el P. Agbonkhianmeghe Orobator, S.J., Presidente de la Conferencia de los Superiores Mayores del África y Madagascar.
“Padre Santo, Dios de infinita bondad, nos llamas a renovarnos en tu Espíritu…Reconocemos tu amor como un Padre cuando doblas la dureza del hombre y en un mundo desgarrado por la lucha y la discordia, lo pones a disposición para la reconciliación”.
Francisco rogó “para que los enemigos se abran al diálogo, los adversarios se den la mano y los pueblos se encuentren en armonía”.